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Huertos y cultivos

De su propia cosecha

Cada día son más los que prefieren cultivar frutas y verduras y tener a mano hierbas culinarias para preparar las comidas. una solución que además de aportar al paisajismo de la casa –con soluciones muy diversas–, llena de vida el jardín, motiva a sus dueños e incentiva el amor por lo saludable. y ojo, porque también es posible tener un huerto en un pequeño balcón.

Texto, Soledad Salgado S. Producción, Paula Fernández T. Fotografías, Carla Pinilla.

Saludo verde

En esta casa en Vitacura, el huerto está en el acceso, dando una imagen de sana bienvenida. Se hizo junto con la remodelación de la casa y ha sido motivo de orgullo para sus habitantes, quienes se abastecen de hierbas culinarias como romero, ciboulette y albahaca, además de lechuga, zapallos italianos y frutillas. “Fue un experimento, compramos los durmientes en Chicureo y armamos el huerto de 2,5 x 1,2 m. Todos nos involucramos”, dice la dueña de casa.

Precordillerano

Una ladera de El Arrayán, bajo un roble americano que da buena sombra, se convirtió en huerto gracias al diseño de Juan Pablo Benavente, de La Mano Verde. Con todas las piedras que se sacaron hizo un muro en la parte superior para que las lluvias no arrastren la tierra cerro abajo. Alrededor del huerto, aterrazado, hizo un cerco con ramas, y ubicó flores que favorecen la llegada de abejas. “En invierno ocupamos malla antiheladas”, dice.

De a dos

Una de sus hijas le propuso a la decoradora María José Tagle hacer un huerto. Había terreno suficiente y las dos estaban conscientes de que el pasto no les ofrecía nada, así es que sacrificaron un poco de este para armar un lugar donde hoy crece lechuga, perejil, orégano, tomates cherry, y un sinfín de hierbas para infusiones. Lo estructuraron en base a cuatro cuadrados delimitados con listones de fibrocemento y una línea de lavandas que atrae abejas. María José cuenta que su hija estaba tan motivada que incluso tomó unos cursos para aprender a hacer humus.

En un patio duro

La arquitecta Katryn Eben reconoce que sabe poco de plantas, pero que siempre quiso contar con un huerto. Cuando contactó a la paisajista Angelita Urenda para hacer su quincho, pensó que ella misma podría ayudarla, ya que tenía un espacio residual, producto de la ampliación del comedor. La paisajista optó por una solución muy atractiva: mandó a hacer cilindros de hormigón y allí puso ají, apio, tomate cherry, lechuga, ciboulette y menta. Cada especie en un contenedor distinto y con su propio riego por goteo.

Junto a la piscina

Ha sido uno de los proyectos más difíciles para Juan Pablo Benavente. No solo porque se trataba de un espacio reducido y los dueños tenían altas expectativas de producción, sino porque el sitio escogido para armar el huerto era el contorno de la piscina. Y lo logró. Encajonó los árboles existentes, y ubicó las especies por el borde y entre unas rosas de pie alto que ya estaban. “Voy nadando y viendo el avance de las plantas”, dice la propietaria.

Cocina en la playa

El huerto que armó Christophe Issaurat en Cachagua es una verdadera fiesta culinaria, acompañada por durmientes. “Quería algo más lúdico y experimental”, dice el dueño de M2. Todo está a la mano: desde hierbas hasta sandías. Excelente, porque tanto a él como a su mujer les gusta cocinar. “Hacemos buenas sopas en el invierno”, agrega.

10 tips para el huerto

  1. Preparar la tierra con turba, perlita y/o verniculita.
  2. Si se trata de verduras, comprar unos 5 a 6 almácigos de una misma especie para tener buena masa para consumo.
  3. Instalar riego por goteo.
  4. Poner una infusión de bacterias y hongos benéficos; darán un golpe energético a las especies.
  5. Ubicar flores que atraen abejas y plantas aromáticas que protegen de plagas, como ruda y lavanda.
  6. Ir sacando lo maduro para potenciar los nuevos frutos.
  7. Cambiar de ubicación las plantas cada cierto tiempo al reponerlas. La huerta debe ser dinámica.
  8. Si se planta en macetas, el tamaño de estas debe ser una vez y medio más que la bolsa.
  9. Cambiar la tierra de las macetas una vez al año, ya que la planta termina comiéndose los nutrientes.
  10. Al plantar por primera vez y en maceta, quitar la tierra con la que viene el almácigo para liberar la raíz, y ubicarla en una nueva, aireada y humedecida.

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